Cómo usar el ácido cítrico para la limpieza de tu hogar

Dentro de todo el universo de artículos de limpieza, hay uno que triunfa por su versatilidad y sencillez. Si eres de los que prefiere los trucos caseros y los productos naturales para limpiar tu hogar seguro que te gustará o puede que incluso ya lo conozcas. Se trata del ácido cítrico.

El ácido 3-carboxi-3-hidroxipentanodioico o ácido 3-hidroxi-1,3,5-pentanotricarboxílico, conocido por su nombre comercial ácido cítrico, es un antioxidante y un conservante natural presente en la mayoría de las frutas, sobre todo en cítricos como el limón y la naranja.

Es un componente orgánico muy usado en industrias como la farmacéutica, la alimentaria o la cosmética, donde lo puedes encontrar indicado como el aditivo E-330. Además, actualmente casi toda su producción se obtiene mediante la fermentación de azúcares con un hongo, conocido como moho negro.

Está presente en conservas, golosinas o repostería, artículos de belleza como cremas antimanchas o exfoliantes, o en otros productos farmacéuticos como suplementos o las sales de fruta, lo que permite la efervescencia tan característica o el sabor cítrico de algunos medicamentos, entre otros. Sin embargo, de manera general se desconocen sus propiedades limpiadoras contra muchos tipos de suciedad.

El ácido cítrico es un producto seguro, orgánico y biodegradable que sirve para desincrustar la grasa, abrillantar superficies, te permite quitar la cal así como para eliminar el óxido. También para lavar la ropa o limpiar tus alfombras, por lo que es un limpiador muy versátil.

Además, hoy en día adquirir este producto es muy fácil. Lo puedes comprar tanto en polvo como en líquido en tiendas ecológicas o de bricolaje. Asimismo está disponible en plataformas como Amazon.

Como hemos señalado, el ácido cítrico es un desconocido y potente limpiador natural para el hogar. Cabe destacar que en limpieza siempre se usa diluido en agua debido a sus grandes propiedades desengrasante.

Por eso te traemos las 10 maneras de usar el ácido cítrico en el hogar para limpiar. Alguna te sorprenderá.

El ácido cítrico es perfecto para desinfectar multitud de superficies (es importante que consultes las excepciones, que señalamos al final de este artículo), así como para acabar con las peores manchas. Además, es una opción muy sencilla.

Mezcla 100 gramos de ácido cítrico en un litro de agua caliente y, con una esponja o bayeta, limpiar la superficie. Después aclara con agua y listo.

De la misma forma, también es un limpiador estupendo para los azulejos del baño o de la cocina, así como para quitar la cal de tus mamparas. Así, diluye 150 gramos en un litro de agua muy caliente y pulveriza la mezcla directamente. Después enjuaga bien con un trapo limpio para quitar los restos de producto que puedan quedar.

Aunque existen muchos trucos para quitar la parte quemada de tus sartenes, hay uno muy efectivo. Solo hay que hervir medio litro de agua con dos cucharadas de ácido cítrico. Pon el líquido en un recipiente y mete tu sartén quemada. Los restos se desincrustarán en unos pocos minutos.

Si tienes un objeto con áreas oxidadas, lo único que tienes que hacer es utilizar el ácido cítrico. Para ello, mezcla en un dosificador medio litro de agua y dos cucharadas de ácido cítrico en polvo, y rocía la superficie a tratar.

Tras esto, frota en círculo con un cepillo de cerdas hasta que desaparezcan las manchas y seca con un trapo limpio. Verás cómo se queda como nuevo y, en el caso de ser de metal, ha recuperado su brillo.

Hay muchos productos químicos para desatascar las tuberías, sin embargo podemos conseguir el mismo objetivo con un producto menos agresivos. Así, echa directamente en el desagüe medio vaso de ácido en polvo, medio de bicarbonato y un litro de agua templada.

Sí, también sirve como descalcificador para tu lavadora. Para dejar tu electrodoméstico como nuevo, pon un programa corto sin meter ninguna prenda y a máxima temperatura e introduce en el cajetín un litro de agua con una cucharada de este producto. 

Al igual que la lavadora, es importante quitar la cal de la alcachofa de la ducha. Un truco infalible es, una vez desenroscada, meterla en una bolsa o recipiente con agua caliente. Echa 150 gramos de ácido y una cucharada de bicarbonato y deja reposar todo una hora.

Pasado este tiempo, coloca de nuevo tu alcachofa y deja correr el agua caliente cerca de 10 minutos para que se desprendan las incrustaciones de cal que pueden quedar todavía adheridas.

Como puede ser que ya sepas, el vinagre es un suavizante natural muy conocido. Sin embargo, también se puede usar de la misma manera el ácido cítrico. Añade 100 mililitros de producto diluido previamente en agua por lavado en el compartimento del suavizante y pon la colada como siempre.

Puedes añadir un paso más: echar algunas gotas de aceite esencial a la mezcla para aportar buen olor.

Al igual que harías con el bicarbonato o el vinagre, el ácido es perfecto para acabar con las manchas y suciedad de tu alfombra. Mezcla en un spray 100 gramos en un litro de agua y aplica directamente sobre la superficie. 

Tras esto, frota el área manchada o pásale un cepillo de cerdas hasta que no quede suciedad. Enjuaga con un poco de agua tibia y listo.

Si vale para los azulejos, también vale para el WC. Solo tienes que echar el polvo directamente en el interior y frotar con intensidad con una bayeta o una escobilla toda la superficie. Cuando acabes tira de la cadena y listo.

Con todo, y aunque se trata de un producto muy seguro, hay que tener ciertas precauciones en cuenta para evitar posibles daños. Para ello, lo mejor es partir de la base de utilizarlo en la medida de lo posible con mascarilla, guantes y gafas protectoras. Y es que hay que evitar su inhalación porque puede ser corrosivo en altas concentraciones.

Como cualquier otro artículo de limpieza, es importante mantenerlo fuera del alcance de los niños y, por supuesto, no consumirlo. Aunque es natural y orgánico está tratado y no es como comerse una fruta.

En cuanto a productos con los que no es compatible, aquí tenemos que señalar especialmente uno: el percarbonato. Ten cuidado para no mezclarlo con este componente para evitar la creación de gases tóxicos.

Por último, no todos los materiales admiten de la misma forma el tratamiento con este tipo de ácido. En concreto, no utilices el ácido cítrico en superficies esmaltadas, de mármol, madera o aluminio porque estas se pueden rayar o estropear.