Santiago. Hay lugares donde uno se queda y lugares que se quedan en uno. Si no que se lo digan al propietario del bar Itatti, José Carril –Pepe de manera informal–, que colgaba ayer el delantal tras 43 años de trabajo y con la intención de jubilarse. Atendió a este periódico visiblemente emocionado: “Estoy de lloriquear todo el día”. Al otro lado del teléfono se escucha: “Cóbrales solo el bocadillo, que hoy invita la casa; espera, que te doy un besito, ahora nos hacemos una foto”.

La historia del negocio que regentan Pepe y Merce empieza en 1979, cuando abren en Praza de Mazarelos; primera ubicación de la Facultad de Periodismo, recuerda él: “Estar rodeado de gente joven me alegró siempre la vida”. La pareja mantuvo el bar en la misma ubicación durante veinte años, hasta que decidió, en 1999, abrir otro local con el mismo nombre en Vite. Sin embargo, en 2005 decidieron quedarse solo con este negocio y decir adiós al de Mazarelos.

El propietario explica que el nombre del local se inspira en la Virgen de Itatí, patrona de la provincia de Corrientes: “Antes de abrir el primer local, le habíamos alquilado una casa a un señor argentino que veneraba mucho a esa advocación. Nos pidió si podíamos llamarle así al bar y lo hicimos”.

“Toda una vida después”, como dice Carril, su filosofía sigue siendo la misma: “El cariño y la gratitud”, explica. Al respecto, el tabernero confiesa que, entre sus clientes, “hay amigos leales que van a estar siempre”. Cuando le preguntamos qué habilidades debe tener la persona que está al otro lado de la barra, el dueño de Itatti dice: “Procuré entender al cliente. Que vengan tiene un porqué. Soy un poco psicólogo, pregunto mucho y hablo con la gente para saber qué hay detrás de un ron, de un wisky o de una cerveza . Yo les digo –que pasou, meu neno? E logo que problema tes?–”.

De hecho, Carril admite que “hay gente a la que le está costando despedirse”. Se muestra agradecido a “sus niños” de Filoloxía, Periodismo, Económicas y la Escuela de Idiomas porque “sin ellos hubiera sido imposible subsistir”. También a los jubilados que “se gastan la parte proporcional de su paga aquí conmigo. ¿Eso cómo se agradece?”. Hoy este bajo de Vite se queda vacío. LAURA GESTAL